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BENNO SLOT (HABLANDO HOLANDÉS): La certificación electrónica de productos agrícolas es importante para los Países Bajos. En primer lugar, para combatir el fraude comercial internacional, en segundo lugar, para facilitar el paso aduanero sin retrasos, y en tercer lugar, para facilitar el control óptimo de los productos agrícolas. La certificación de la exportación es especialmente importante para los Países Bajos porque tenemos un flujo enorme de productos hacia Europa y de Europa. Schiphol, el aeropuerto de Ámsterdam, y el puerto de Rotterdam abarcan entre un 25 y un 33 por ciento del total de las importaciones y exportaciones europeas. Así que se podrá imaginar que en este enorme flujo de entrada y salida de productos el apoyo a la logística y ejecución es muy importante tanto para los Países Bajos como país, pero también para el resto de Europa. Para que se haga una idea: los Países Bajos exportan productos agrícolas por valor de unos 75 billones al año, de los cuales 13 a 14 billones se exportan fuera de Europa y necesita apoyo con certificados de exportación. Importamos productos de unos cien países y exportamos productos a ciento ochenta países. Eso es casi cada país del mundo. En el sector privado el énfasis se encuentra sobre todo en la velocidad con que los productos están disponibles para el comercio, y en reducir la carga administrativa por la reutilización de los datos y reunión una sola vez de esos datos. Para los gobiernos, en general, es importante la calidad y eficiencia de la supervisión. Pero también porque los datos disponibles se puedan utilizar en un estadio posterior del proceso. Además, todo lo que se sabe, que ya se ha reunido, se puede aplicar estadísticamente a las empresas y, como tal, es una fuente de gestión basada en los riesgos.

Hemos elaborado un sistema que llamamos «CLIENT» que es el sistema eCert nacional de los Países Bajos. Hemos creado un sistema muy abierto, apto para numerosas normas, pues somos un país pequeño pero queremos comerciar con todo el mundo. Por eso nuestras soluciones tienen que ser muy flexibles. La certificación electrónica es el flujo de información entre las autoridades competentes del país receptor y el país emisor, por la cual se puede garantizar mejor la calidad de los datos. El país receptor tiene la garantía irrefutable de que la información procede del país emisor.

LEX MORET (HABLANDO HOLANDÉS): La CIPC (Convención Internacional de Protección Fitosanitaria) fue la protagonista principal en el desarrollo de la certificación electrónica. Un certificado electrónico es el equivalente de un certificado de papel, tiene el mismo contenido y ofrece las mismas garantías. Quienes están familiarizados con los certificados de papel saben que son simplemente datos de un formulario que tiene que ser sellado y firmado. El sellado y firmado son lo más importante de los certificados de papel porque demuestran la aceptación y autenticidad del documento. El certificado electrónico no solo lleva los mismos datos que el de papel, es el equivalente desde el punto de vista de la autenticidad y tiene las mismas garantías. ¿Qué elementos se deben reconocer al remitirse a la certificación electrónica? Para que los ordenadores puedan comunicarse entre sí, los datos tienen que estar en formato electrónico. Tras obtener los datos se tienen que poder transmitir también en forma electrónica. Pero Internet es vulnerable, por lo que para transferir los datos con fiabilidad se necesita seguridad, que es un importante elemento de la certificación electrónica. También autenticidad, porque los datos transferidos a través de la certificación MSF necesitan ser fiables. Un cambio importante con respecto a la certificación tradicional en papel es que los datos se intercambian directamente entre una autoridad competente y otra. En la certificación electrónica el proceso empieza con la petición por el exportador de un certificado de exportación. La autoridad competente del país exportador ya no proporciona un certificado sino el número del certificado. El certificado electrónico en sí se comunica directamente a la autoridad competente del país de destino, utilizando una conexión de Internet asegurada. Ahora el exportador solo tiene que proporcionar el número del certificado al importador. Y el importador proporciona el número de su petición de importación a la autoridad competente del país importador. Remitiéndose al número, la autoridad competente del país importador puede trabajar con el certificado electrónico recibido directamente del país exportador.

Se benefician tanto el importador como el exportador. Si en el documento se hace algún cambio de última hora, un certificado de papel conllevaría mucho trabajo y sería una carga administrativa conseguir que el documento vaya del país exportador al país importador. Ahora, un documento de sustitución se puede transmitir en una fracción de segundo, lo cual, lógicamente, es una gran mejora. Utilizamos el lenguaje XML que es una forma común de comunicación entre los ordenadores de hoy en día. Hemos convertido a XML todos los elementos que contiene un documento de papel. Que es un certificado fitosanitario y el modelo que utilizan los Países Bajos. En el XML se encuentran todos los elementos correspondientes a todos los elementos que se encuentran en un certificado de papel. No es muy difícil, pero es todo lo que hemos hecho. Ese XML ha sido estandarizado por un comité denominado UN/CEFACT, que es una organización de NU que se dedica a elementos comerciales. La CIPC, que es el regulador para la certificación MSF, invitó a UN/CEFACT a crear un estándar para la certificación MSF basada en los elementos que ya estaban en las bibliotecas de UN/CEFACT. En la forma más simple, los datos obtenidos electrónicamente se pueden imprimir otra vez en papel y continuar con el papel durante el proceso. La siguiente situación es un poco más sofisticada. De hecho, es la forma que vemos generalmente en todo el mundo. Los datos de Ecert se pueden colocar directamente en el Sistema de Importación. Ahora los inspectores pueden revisar directamente los datos desde la pantalla en lugar de utilizar el certificado habitual. Se reduce el fraude porque se trabaja con datos electrónicos, que se intercambian directamente, y es más eficiente porque los datos se pueden enviar a todos los inspectores de la organización nada más hayan sido recibidos por el Sistema de Importación. La tercera forma es aún más sofisticada. Se utilizan ordenadores para procesar los datos que se han recibido del país importador. Por supuesto, se puede comprobar de dónde proceden pero el ordenador lo puede hacer también por usted. Otro requisito es comprobar si el número del documento se ha utilizado antes. El ordenador lo puede detectar fácilmente con más eficiencia y fiabilidad que cualquier ser humano. Y la cuarta forma es la más sofisticada. Ese es realmente el punto del horizonte al que todos queremos llegar. En esta forma el certificado electrónico es el equivalente completo, en cuanto a proceso, de los certificados de papel que se utilizan en la actualidad. Esto conlleva muchos más cambios en la TI (tecnología de la información) y procedimientos ya que ahora hay que confiar en la información electrónica porque ya no hay ninguna alternativa. Esta es la mejor protección contra el fraude debido a la fiabilidad de los documentos. Solo puede funcionar con seguridad adicional en forma de evidencia digital, que se conoce como el «certificado electrónico».

(BENNO SLOT:) Y el siguiente paso es explicar también dónde y qué datos de calidad se encuentran en el mensaje XML. Eso no está normalizado todavía en relación con UN/CEFACT pero es necesario que la OIE, la CIPC y el CODEX lo solucionen. También trabajamos con la UNCTAD, la Conferencia de NU sobre Comercio y Desarrollo. Al igual que el módulo SIDUNEA para aduanas, hemos desarrollado también el ASYCER, que permite a los países en desarrollo enviar certificados electrónicos a otros países. Si desea más información o necesita alguna explicación, contacte con: Benno Slot o Lex Moret.

Las compañías exportadoras e importadoras tienen gran interés en que el paso de su envío por la frontera sea rápido y predecible. La globalización de la producción y el número creciente de entregas «justo a tiempo» contribuyen a que ese interés sea aún mayor. Por otra parte, el interés por las medidas gubernamentales en la frontera es también cada vez mayor. Una de las razones de ese interés es la seguridad, pero también los riesgos crecientes para la salud que se encuentran ocultos en los envíos (tanto para el ser humano, como para los animales y las plantas).

La combinación de ambas tendencias obliga al gobierno a innovar sus evaluaciones e inspecciones de riesgos. Una de esas innovaciones es la digitalización de los documentos comerciales. Si el gobierno dispone de la información del envío en forma digital antes de que llegue, una gran parte del análisis de riesgos y las inspecciones administrativas se pueden realizar antes de que llegue el envío. Y las inspecciones se pueden concentrar en los riesgos reales. Los certificados de exportación veterinarios y fitosanitarios son documentos importantes para las inspecciones en la frontera. Cuando están disponibles en forma digital, y cuando se intercambian directamente entre las Autoridades del país de origen y las Autoridades del país de destino, se puede prevenir el fraude y mejorar las inspecciones.

En los Países Bajos se dispone de sistemas automatizados para la Importación, que pueden recibir certificados electrónicos de terceros países. Y ahora se ha llevado a la práctica un sistema automatizado para la Exportación. Este sistema es capaz de elaborar certificados electrónicos (XML en la norma de NU-CEFACT) para las Autoridades del país de destino.